Full text: El ermitaño de San Zoilo (42)

Res para no turbar el silencio de la noche. 
LA MÁSCARA ROJA des 13 
Escuchó con más atención. 
Una ligera brisa de tierra se llevó aquel ruído y.Ao volvió á oir nada 
Más. 
No dbienda si era juguete de una ilusión, el guerrillero abrió los 
Ojos, pero la oscuridad de la noche no le permitió ver nada. 
Los volvió á cerrar para escuchar. 
Esta vez un sonido candencioso, como el que ai los remos 
que cortan discretamente la superficie del agua y el roces de 
los toletes, llegó á su oído. 
—¡Por fin! —murmuró Ricardo sonriendo con satisfacción. 
Un punto negro casi imperceptible apareció.á lo largo del rio, luego 
creció rápidamente y pronto distinguió una lancha que se acercaba á la 
orilla. 
El guerrillero se echó boca abajo, ariando que su silueta fuese 
percibida desde la lancha, pero en el sitio que its no podía De 
derla de vista ni un instante. 
Pronto la vió detenerse, con los remos lamávles. 
—Parece que el bravo mensajero de Soult no viene solo,—se dijo 
Ricardo.—No importa, todo se reduce á un poco más de lucha. 
En efecto dos hombres saltaron á la ribera, mientras que otro se 
quedaba al cuidado de la lancha. 
Los que habían saltado parecía que ulabar las Aplios precaucio- 
A . 
A 
A través. de la espesa hierba que tapizaba el sitio donde se hallaba 
Navarro podía éste observar perfectamente todos los movimientos de 
Aquellos dos hombres. 
_Le pareció que hacian un reconocimiento y se quedó un momento 
indeciso, no sabiendo si debía dejarlos que se internaran en el bosque. 
Pero la vista del bote abandonado á la guardia de un solo hombre, 
EL pronto su atención.
	        
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