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CAPITULO VII
La tentadora.
E RÁ JODOS los regalos recibidos procedían de
1 54d amigos de Emma y de María, que les habían
sido presentados y frecuentaban sus «<caine-
9 388] rinos» independientes.
El único presente que no venía de amigo conocido, era
al del principe de Viteleks. :
María no participó a Emma su -resolución; pero tan
pronto como llegaron al hotel Imperial y Marieta se en-
contró sola en su cuarto, tomó un pliego de papel de car-
tas con la vista del hotel por membrete, y escribió con fina
¡y elegante letra inglesa:
Al principe de Vitelesk.
Muy distinguido señor mío: Me ha sido entregado de
parte de usted el adjunto estuche, cuya entrega nada justi-
ica, puesto que no tengo el honor de conocerle, ni era
¡esta noche la indicada para justificar regalo de tal valía.