1164 LOS ÁNGELES DEL ARROYO
escape hasta alcanzar a los otros dos, que habían pasado
deiante levantando nubes de hielo pulverizado.
Después de pasar por frente al Palacio Imperial, el tri-
neo de María Go.fini, que era la joven vestida de polaca,
entró por la Perspectiva Newski, siempre seguido del
príncipe de Vitelcsk, yse detuvo delante de la acera, limpia
de hielo por Jas mangas de riego, de un gran edificio, en
cuyo frontispicio se leía en francés: «Etablisement de Bains
Ruses».
Era, en efecto, una casa de baños rusos, de las mu-
chas que abundan eu Sun Petersburgo.
No es nuestro áni:r:o describir lo que es un baño ruso.
Sólo diremos que consiste el baño en entrar desnudo en
una sala pequeña, donde la temperatura se eleva hasta
provocar un copioso sudor, por medio de planchas -de
hierro cal.entes al rojo, sobre las que se-vierte agua, que
produce un vapor denso, que es el que cons.ituye el baño
ruso.
Casi todos estos establecimientos están montados con
gran lujo.
María Golfini descendió del trineo, cuyas riendas en-
tregó al ccchero, que la reemplazó en el pescan'e, y subió
la gradería que conducía a un peristilo sostenido por co-
lumnas, como el de nuestro Congreso de los diputados,
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