LOS ANGELES DEL ARROYO 1195
el uno, como segundo padre, y la otra, como madrina de
bautismo.
Pero el chato era un factor desconocido, que no tenía
más derechos al cariño de Marieta que el de ser uno de
los golfos que apadrinaron:a la chiquilla y contribuyeron
a su sostenimiento durante los cuatro pere años de
su triste vida.
Marieta; mo-sólo por isuriliistración,: sinos por su trato
con personas elevadas, hastacon,monarcás, + Había adqui-
rido: desde suyinfancia gustos: señoriles, como GColás en
aquellos acho: o -diez:años de vida-artística había acabado
de limar las:asperezas de::su' carácter. selvático; como: el
que. adquieren todos los hijos del -atroyo, y:podía: pasar,
si nose le raspaba: mucho; por. «n«perfecta: caballero, por-
que las primeras .«sopasmo: secdigieren;::y» siempre ¡asoma
la piel: del asno bajo la:de imprówisado león,
Moka
Clara seguía siendo la golfilla traviesa, la.chulita adine-
rada, bastante ignorante, con un mal gusto primitivo y una
ordinariez nativa, que no había podido corregir, a pesar de
los esfuerzos que había hecho el duque, proporcionándola
institutrices y presentándola a sus relaciones, que en el seno
de la confianza la llamaban la «golfa» o la «duquesa de la
- Rotativa», recordando que había sido vendedora de perió-
dicos de gran circulación o «rotativos».
Pero tampoco era tonta, y sabía asimilarse las mane-
ras algo exageradas de las grandes damas a quienes el
duque la obligara a tratar; y como era muy mona y muy