4200 LOS ÁNGELES DEL ARROYO
Sentáranse alegremente a la mesa los cuatro amigos
de la“infancia (de la infancia de ellos), y después de
hacer boca con algunas docenas de "ostras de Riga,
tan buenas coma las de Marennes o de Arcachón, ro-
ciadas con” «sauterne», soltáronse las espitas de la verbo-
sidad familiar, más abundante y amena.
¡Qué de episodios de la vida de cada uno saldrían
a relucir entre risas y chistes, en “los” que Clara éra
una especialidad y Nemesio un catálogo, no siempre
original ni oportunamente aplicado!
- Clara. refirió: sus: primeras impresiones en su trato
con la alta sociedad, en que a la fuerza quiso <colarla»
su,aristocrático marido. 1
Dijo;'.como .en un principio, que cuando: hacía de du+
quesa del «Caracol», ' de: «Sueños de. Oro», :las grán+
des. damas. sé» burlaban de sus ademanes de chulapa;
do sus: desplantes.de golfa,: hasta «que uella aprendió vel
francés familiar» com cierta dosis de rpitardía, y entonces
la llegó la hora de las revanchas. |
Clara, refería: que, valiéndose» de ¡umperiodista que
conocía la vida: y milagros de cada una de: aquellas
damas-y los: nombres -de: sus amantes, había, tomado
la costumbre de «preguntarlas por... «Monsieur»... de-
lante de todo el mundo, avergonzando a aquellas que
todavía parecían tener asomos: de vergúenza, que
según Clara, eran tan raras como el pescado que es-
taban saboreando con los cangrejos adjuntos.
Clara refería aquello con“lá gracia chulesca de las
hijas de Madrid, aristocracia inclusive, *y Marieta y
Colás reían a más y mejor; no así Nemesio, que creía