Full text: Tomo primero (001)

TOS ANGELES DEL ARROYO 
—Yo na sé... A un vieja... 
-— Vaya... Tú estás entavía dormío, Punta, 
—Que te digo que no, hombre. 
—Pero ¿lónde quieres que vayamos? 
—Por a1í... Donde no nos quiten la niña, 
-—¡Ar, la niña! 
—Ya no te acordabas... 
—¿De qu? 
—De que hoy tenías que ir a casa de ese don Eduardo 
o den... demonio con Marieta. 
— ¡Pues es ver Jad! 
—¿Y pa qué? Pa alguna pillería, quizá. 
—¿Una pillería? 
—Sí, hombre... Yo he pensado mucho esta noche en 
dos o tres veces que me he despertao, y te digo que lo 
que ese señor ha hecho, no me parece ni tanto así de 
bien hecho. 
—¿El qué? 
—El llevaros a los dos hechos unos astrosos, en 
medio de ese baile, donde había señoras y caballeros mu 
bien trajeaos. ¿Y pa qué? Pa darla un disgusto ná más 
a esa señora marquesa, porque a otra cosa no ha tirao; 
¿comprendes tú? 
—Gúeno: pero si ahora la quiere entregar su hija... 
—Eso es lo que tú no sabes. 
—Entonces, ¿qué? 
—¿Qué? Pos suponte que ese don Eduardo, que ya 
4 mí no me ha gustao nunca desde que me cijiste que 
la había escupío en la cara a aquella probe, lo cual que 
eso no lo hace el chulapo más indecente, figúrate que 
Brit
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.