1486 LOS ÁNGELES DEL ARROYO
Ludovico se colocó a la entrada del hueco del balcón,
mientras Sofía se ocultaba detrás de los cortinajes que lo
cubrían por ambos lados.
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La madre de Sofía, hermana del conde de Tolosoff,
era la antítesis más completa de su hija Sofía. Era seca,
morena, apergaminada, de mal gesto... Una suegra, en fin,
de cuerpo entero, que Ludovico hubiera querido de cuer-
po presente.
Era viuda del general Muriawichtz, muerto en el ata-
que de Plewna en la última guerra turco-rus», dejándola
aquella niña, Sofía, y una pensión de general muerto en
campaña; pero que no bastaba a satisfacer las suntuarias
aspiraciones de la generala Andrómade Tolosoff de Mu-
riawichtz.
La hermana del conde tenía nada menos que dieci-
siete años más que Andrómade; es decir, ochenta y dos,
y era, como noble y parienta del gran duque Alejo, una
partidaria acérrima del régimen autocrático, mientras que
Ludovico, que era de familia polaca, era enemigo del
régimen y por ende enemigo del czar, porque en los Go-
biernos absolutos el odio al sistema se persona. iza en el
monarca, como en él se personaliza toda la política y de
él es la responsabilidad de los hechos.
Unicamente cuando el Gobierno es constitucional, el
rey no se hace solidario de la política de un Gobierno
odioso; cábele la misma o mayor responsabilidad que a
ese Gobierno, por lo mismo que el sostenimiento de éste
depende del poder moderador; pero...
o a A GS