Full text: Tomo primero (001)

LOS ÁNGELES DEL ARROYO 
A — e 
—¿Cómo ciertas? ¿Se atreve usted a alirmar que A 
erlatura que conducía Aurora...? 
—No era suya, sino de usted. 
— ¡Eduardo! ¿Quién le ha autorizado para abrigar se- 
“mejante sospecha de mí? 
—Vamos por partes, si usted quiere que se lo explique. 
—Lo deseo. 
— Hagamos historia, como dicen los novelistas. 
— Hagamos todas las novelas que usted quiera. 
— ¿Cree que esto es una novela? 
—Así parece. 
—En tal caso, será... una novela histórica. 
—Tiene usted bastante talento para hacerlas muy inte- 
resantes. 
—Nunca las he escrito; pero si usted lo desea, con to- 
dos sus detalles y personajes auténticos, haré un esfuerzo 
y escribiré una sensacional que, publicada y repartida, 
con láminas y retratos, divertiría mucho a nuestros ami- 
gos y a España entera. 
—¡Oh! Con hechos calumniosos se compone una no- 
vela libelo. 
—Yo la probaré a usted que no hay una sola calumnia 
y que la novela no será un libelo, 
++ 
Dorotea estaba pálida como una difunta, aunque la 
oscuridad ocultaba su palidez... Aún podía fingir sereni- 
dad, que empezaba a traicionar lo trémulo de su voz. 
—Prueba de lo que a usted he dicho —empezó diciendo 
Eduardo—. Es cierto que su amiga Aurora iba a deposi- 
TO
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.