Full text: Tomo primero (001)

570 LOS ANGELES DEL ARROYO 
«Niño, ¿por qué lloras?», le pregunté. Pero ná... no 
contestaba ni pa Dios.  ' 
<Chiquillo, ¿quién te ha dejao ahí?», volvile a pregun- 
tar, Y ná, seguía llorando y sin contestar. 
Le cogí en brazos... por cierto que me acuerdo golía 
a gloria el chiquillo y estaba vestío de blanco y con un 
cinturón de cinta ancha azul celeste, con un lazo detrás 
asín de grande. 
—ySí..., de blanco... y con un cinturón azul!... —dijo 
doña Eulalia parpadeando nerviosamente—. Siga usted, 
siga usted. 
—Pues ná, que me lo llevé a mi casa. Entonces vivía 
yo solita. Tenía dieciocho años y estaba hecha una flor, 
aunque ya había tenido dos chiquillos: uno muerto y otro 
que se murió ya criao. 
—¿Tan joven se casó usted? 
—¡Qué casarme, señora!... Un pillo de estudiante que 
me engañó cuando tenía yo quince años, y que me dijo 
se casaría conmigo en cuanto fuera médico. ¡Y sí! ¡Espé- 
rate, morena! En cuanto me hizo aquel regalo se las guilló 
de mi casa, que vivíamos juntos en la puerta de Moro$: 
Después tuve otro novio, militar, gúen mozo si los hay, 
lancero de Villaviciosa y teniente graduao de capitán. Y 
venga otro chiquillo, y en fin, como no me cuajaba nín- 
guno, pues cuando me jallé al mocoso en la calle de la 
Morería, me dije: este será mi hijo. 
—Pero ese niño... ¿se había perdido? 
—De juro que estaba perdido. Pero vaya usted 2 
saher... 
—¿Y cómo no dió usted parte a la policía?
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.