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CAPITULO LVII
Lo que ocurría en la aldea de La Juncosa
OS meses transcurrieron desde los últimos
acontecimientos que hemos narrado. ñ]
A los comentarios que ocuparon a todo ¡E
el pueblecillo de La Juncosa, durante más ¡NN
de un mes, sobre la aparición del: hijo de la «señora», 3
como todo el mundo denominaba a Eulalia, habían suce- a
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dido los que suscitaba la determinación de ésta de trasla-
dar su residencia a Madrid para estar al lado de su hijo,
que debía ingresar en el Instituto de libre enseñanza, diri-
gido pot uno de los más eminentes filósofos de España.
El pueblo entero considerábase huérfano con la au- Mo
sencia de su protectora, el Sol de La Juncosa, a que tanto al
debía.
Pero no era sólo aquel acontecimiento lo que traía 1
Preocupados a los juncosenses.