722 LOS ÁNGELES DEL ARROYO
he venido engañada; pero quiero hacerme la ilusión de
que vine por mi voluntad. Si no es así....no espere usted
que yo me resigne y me someta a sus deseos.
—Serás complacida—me dijo el duque.
Y, en efecto, todavía podéis ver a la «Pelambres» en. 3
la Puerta del Sol, desgañitándose todas las noches y grl- 3
tando: «¡La Correspondencia!» «¡El Imparcial!» «¡El —
Globo!» :
Y Clara se echó a reir, considerándose vengada de la
mala mujer que la había recogido para explotarla, sin re-
sultado para ella. q
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