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LOS ANGELES DEL ARROYO 803 UN!
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Marieta hizo un esfuerzo de voluntad y se atravesó HI
delante del transeunte. FAN
—Caballero... una limosnita para... 5
—¡Bah! ¡Déjame en paz!...—la dijo el caballero apar-
tándola con el bastón. hl
Marieta volvió corrida y corriendo al lado de Ruperto. i
—¡No me ha dao na!... —dijo tristemente Marieta. |
—Eso es que no ha oído bien lo de actor cómico. j
—Si yo no la he dicho, Rupeto... |
y ¿Cómo no? 14
—No me dejó que concluigera... | 4 |
Ja —¡Ah!, pues por eso no te ha dado nada. Creo que es
muy larga esa retahila, y cuando se llega al «actor cómi-
de co», ya se ha pasado el transeunte veinte varas. q8
Mira, Marieta... Es preciso que suprimas la mitad de
lo que dices. y
—¿El qué, Rupeto? AN
¡ —Suprime lo de la limosnita por amor de Dios, y dí: E
«Una limosna para un actor cómico sin contrata». Aho- y
trando palabras se gana tiempo y el transeunte puede PAIN
Percibir eso del actor cómico a dos o tres varas pasadas 4
y volver atrás condolido de la situación mía. y
— Bueno... pos no diré más que.. 1
—Sí, sí... anda, a ese otro caballero de gabán de pieles...
Marieta se le puso primero delante; pero como el ca- ' y
ballero avanzaba a paso de caballo normando, a pique de Ñl í
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derribar a la chiquilla, ésta se puso a su lado y acabó la
larga frase con lo del «actor cómico sin contrata».
—¡Bueno será éll —contestó el caballero mirando bur-
Onamente a la niña.