Full text: Tomo segundo (002)

LOS ÁNGELES [DEL ARROYO 99 
—Yo, no:.. Todos los que han visto que tenías un ma- 
rido tan viejo, y que apenas ha muerto, Colás ha empeza- 
do a disponer como cosa suya, no han hecho más que 
suponer lo que ya:suponía yo. 
—¡Ah! ¿Tú suponías?... 
—¡Y cómo no! Todos sabemos que eras la novia de 
Colás cuando juntos rodabais por los suelos, como yo en 
las cuevas y los cobertizos, y entre los golfos ya sabes a 
qué se llama novia. 
—-Es decir, que eres tan miserable, que has creído que 
aquellas tonterías de chiquillos, de las que ya una ni se 
acuerda vuando' es mujer, han tenido su epílogo a los 
veinte años. 
—Epílogo, no: continuación; porque sup3ngo que a la 
novela de tus cándidos ámores con Colás no le habréss 
puesto aún el «Fin». 
—En úna palabra: ¿a qué. has venido? ¿A insultarme? 
¿A calumniarme? ¿A qué? Pórque veo que a todo, menos 
a sincerarte conmigo, a pedirme perdón por todas lás bar- 
baridades que has dicho y hecho. 
— Yo! No tengo que pedirte perdón. 
—¡Ah!, ¿no? 
— De qué? 
—¡De qué! De esas atrocidades que me decías anoche 
y a las que acabas de añadir unas cuantas más. 
—Pero... Clara—observó Marieta—, es verdad que no 
he conocido hasta ahora al señor..., y que no me he lle- 
gádo a impreghar de'ese espíritu de compañerismo gene- 
roso «que existe entre vosotros, los que en un tiempo fuis- 
teis víctimas de la mala suerte. Pero yo te aseguro que
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.