LOS ANGELES DEL ARROYO 103
—Pues... nos alegraremos mucho de que lo consiga.
— Es que yo necesito vivir-bien desde que llegue:
T Ya... Usted lo que quiere es que le recomiende Cla»
Mi para que pueda entrar a. servir...
¿Yo a servir?
—De lo que pueda usted servir.
—De estorbo...
—TiAh! Eso:es otra cosa... Entonces, no sé cómo va us-
led a vivir bien.
TiCómo! Pues muy fácil,
—Vamos a ver... esa facilidad.
—Yo espero que Clara...
— ¿Qué? — preguntó ésta.
Espero que tú nó me abandonarás.
T¿A qué llamas abandonarte?
SA... dejarme asperjes; sin' dinero.
—No he pensado eso. «
TiAh, bien! Entonces, ¿qué es lo que has pensado?
—Aun nada. y
—¿Nada-
Da eda, Mañana sabremos lo que cuesta el viaje hasta
—¿En primera?...
—No sé..., veremos.
¿Es que yo no puedo viajar más que en prim-ra como.
a Rusia.
Con nosotros.
—9l; pero no he de volver de otro“modo, porque vo
SOY ningún criado a quien se. manda en segunda o
Sicera a Su casa,