1136 LO$ ÁNGELES DEL ARROYO
¿Y qué quieres hacerle a un mundo así tan lleno de
anomalías, de preocupaciones y de sandeces?
¿Vas a regenerarlo?
Pues dejémosle estar, y tomemos de él lo que es
bueno, y burlémonos de lo que es ridículo y absurdo.
"Hay que consolarse cuando se encuentran hombres
tan dignos como ese vizconde que nada admite de la mu-
jer con quien haya de casarse. y
Ya ves qué gran armonía reina entre la condesa y yo.
Ella sabe que yo no soy rico, y que los tres o cuatro
mil duros que he podido economizar en mi vida no hu-
biera bastado para darnos el gustazo de dar la vuelta al
mundo..
Pues bien; como leales amigos hemos compartido los
gastos, no de capricho y rutinarios, sino los indispensables
en absoluto.
Hemos presupuestado ocho mil duros, que ya vamos
apurando, sin perjuicio de que la condesa haya comprado
sólo en el Japón y en China, obj:tos y telas por-valor de
diez y ocho míl duros... para sí y para su casa.
Yo la he comprado un peinador de percal, y ella a mé
¿una corbata de nudo hecho y elástico.
Pues mira... no hay mañana que se levante que no se
ponga el peinador, con el que dice que está más cómoda
que con sus batas de seda, algunas de tres mil francos, y
yo me encuentro tan bien con mi corbata de tres pesetas,
encarnada, azul y amarilla, que parece, como dice Alejan
dra, que llevo un loro del Brasil en el pecho,
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