1262 S ÁNGELES DEL ARROYO 
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A la estación había bajado a despedirla su maric 
quien ceremoniosamente la dió la mano al partir el tren, 
Andrea acompañaba a Adela en un coche de primera 
reservado, y el criado iba en coche de seg unda. 
Al llegar a Segovia, estaba Alvaro esperando a la via» 
jera en la estación. 
La madre y el hijo se abrazaron, él, afectando la ente- 
reza correspondiente a un futuro oficial de Artillería, y 
ella sabiendo dominarse también por dignidad, 
Alvaro acosó a su madre a preguntas de la misma na- 
turaleza que las hechas por la abuela. 
Pero Adela no creyó oportuno revelar al hijo mayor 
la causa principal de su separación del conde. 
Habló Igeramente, sin darle importancia a los des-, 
atinados amores de su hermano Ricardo, que habían obli» 
gado a su padre a llevarle a París, antes de que tomaran 
mayor incremento aquellas relaciones y ocurriese una 
«catás'rofe». E 
Así denominaba Adela un posible suceso que sólo tie- 
ne elcarácterde «catástrofe» entre los seres humanos, tan- 
to más intensa, cuanto mayores consecuencias desastrosas 
puede tener en el porvenir de esos seres, 
Ella iba a París para cuidar de Ricardo y el conde iría 
de vez en cuando a verles. 
Esto decíale Adela a su hijo, pero no porque hubieran 
convenido en esos viajes el conde y la condesa.