LOS ÁNGELES DEL ARRYOO
La mujer es, naturalmente, Inortográfica y es rara la
que posee con perfección la ortografía.
De sintaxis andan siempre bastante mal, aunque los
hombres no suelen estar mucho mejor provistos, hasta los
que nos llamamos literatos por mal nombre.
La infeliz planchadora apenas si había estado, cuando
muchacha, en una de esas antiguas «migas» o «amigas»
de maestras armadas de caña, con que manejaban la ma-
nada infantil como manada de pavos.
Había aprendido a ¡eer y escribir «al natural», es de-
cir, sin haches ni v de corazón, y sobre todo, sin comas
ni ounto y coma.
Pero tenía clara inteligencia, se expresaba bien y con
cierta pureza castellana y podía perdonársele algún que
otro barbarismo o solecismo por la carencia de nociones
de gramática que había experimentado,
Cuando aquella noche dejó a Virtudes dormida, sen-
tóse a la mesa del comedor, provista de papel, pluma y
tintero, y escribió la siguiente carta:
de ode ale
Madrid 7 de Enero de 18...
Sr. D. Ricardo Fonseca.
Muy señor mío:
Hacía tiempo venía notando en mi hija Virtudes una
intranquilidad inusitada en ella, dado lo pacífico de su ca-
rácter y el aplomo y juicio con que en todas ocasiones
Obra.
Notaba, asimismo, que aquella intranquilidad se exa-