Full text: Tomo segundo (002)

1410 LOS ÁNGELES DEL ARROYO 
ni descubrir con el escaipelo en las operaciones del trépa- 
no que he practicado? 
¿Qué es lo que ha perturbado y deshecho su existen- 
cia, dejándole en tan mísero estado de atonía? 
¿Ha sufrido usted algún desengaño de mujer o no 
conseguido hacerse amar de alguna? —dijo el doctor La- 
tour sonriendo, 
Enrique puso la mano sobre la del doctor, que tenía 
una de las suyas cogida, y dijo: 
—Eso es, doctor, lo q e me mata. 
—¿Desengaño? 
--No. Si ella ha sabido que la amaba, no lo ha sabido 
por mí, que jamás se lo he manifestado. 
—Entonces no le eche usted la culpa a nadie, ni a ella 
misma; porque si usted no se ha declarado a ella, no ha- 
bía ella de anticiparse a usted y declarársele. 
—No lo habría hecho nunca, porque no me ama. 
—¿Qué sabe usted si no la ha consultado? 
—Hay una gran razón para que yo no me declare ni 
ella me ame. 
— ¿Cuál? 
-—(Jue ama a otro. 
—«¡Allrigthl» Hemos acabado, No se necesita más ex- 
plicación., 
—Ya lo sé, y diré a usted también en inglés: 
— «¡Ideath! of lovel... » 
—SÍ... Aunque el amor no es una enfermedad, de amor
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.