LOS ANGELES DEI ARROYO 1449
Echáronse los cuatro a reir y María dijo:
Clara... mira que con cuarenta millones de dollars se
pueden hacer cosas. ¡Sí se casara contigo!
—¡Jesús!, no me lo digas...
Y añadió al cabo de un rato:
—(Jue no lo voy a creer...
—¿Y tú lo rechazarias? *
—¡Yo, qué! Pesan muchísimo cuarenta milones de do-
llars para apartarlos...
—«¿Te casarías con míster Búllver?
-—Sí, pero me marcharía en seguida a España en auto-
móvil o en aeroplano, porque hay aquí muchos reyes,
hija, y yo quisiera ir donde no hubiera más que dos: don
Aitonso y Míster. Porque créelo, María, el que tuviera
cuarenta millones de duros, ese. sería el segundo rey de
España.
—¡Quá lástima que sea yanki!
-—Sí, porque con cuarenta millones de dollars, lo que
es las Filpinas volvían a casa; como que mandaríamos
hacer una escuadra, que ni la Invencible de Felipe ll.
Cuando el señor Altieri dejó el «camerino» de la ac-
triz, recibió el recado de que míster Búllver le esperaba en
Su palco proscento.
-—Me figuro para lo que es y le tiemblo —dijo al que
le dió el recado.
No dijo más; pero Alfieri creyó que míster Búllver le
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