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CAPITULO X
Palabra cumplida
[NRIQUE cumplió su palabra, y cuatro o cin-
ON días después, los tíos de Camila y sus
: | sobrinos pequeños, quedaban instalados en
eli el piso superior de la cusa de' la Cuesta de
Santo Domingo.
Enrique participó a su madre su resolución, y doña
Eulalia le dijo:
—Tú eres dueño de hacer en tu casa lo que te parezca.
Pero como yo sé perfectísimamente lo que va a pasar, te
anuncio desde ahora que no quiero vivir con vosotros.
—Pero, madre... ?
—;¡Chist! Ni una palabra más.
Lo que haces por la familia de tu mujer es muy no-
ble, muy loable, y yo no lo censuro. Haces bien, pero yo
no estoy en tu caso y no quiero tratos con esa gente.