Full text: Tomo segundo (002)

AA 
1558 LOS ANGELES DEL ARROYO 
—Pero qué tratos... ni qué... 
—Ya lo verás, Antes de dos meses comerán a tu mesa. 
Y si no al tiempo. 
Y doña Eulalia, desde el día siguiente, mandó a su 
administrador que la buscase un piso cómodo no muy 
grande en una calle céntrica de Madrid. 
En la calle del Arenal había un alegre piso princi- 
pal, pequeño, pero muy lindo, que fué alquilado y amue- 
blado con los muebles lujosos y cómodos de doña Eula- 
lalia, que ya estaba acostumbrada y tenía cariño. 
Una semana después, estaba instalada con dos criadas 
en su piso de la calle del Arenal y cerca de San Ginés, 
donde podía ir todos los días a disfrutar del último guce 
de las viejas: de la devoción. 
de 
Camila reemplazó los muebles que se llevó su suegra 
por otros modernos y de lujo. 
Pronto pudo observar que las visitas que antes ¡ban 
a la casa, no iban por ella, porque empezaron a escasear, 
mientras que no faltaban de la casa de doña Eulalia. 
Las profecías de una mujer de mundo y de experien- 
cia casi siempre tienen realización. 
Estando en la casa, ¿cómo era posible que Camila no 
subiera diariamente y durante horas enteras a ver a:sus 
tíos? ¿Cómo podía dejar a sus pequéños sobrinos sin dar- 
les educacion? 
Hiízoles ingresar a media pensión en un colegio, en el 
que permanecían desde por la mañana hasta la noche, que 
Iba su madre a recogerlos,
	        
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