CAPITULO XIV
Terguedades seniles.
-GJIENTRAS las dos primas departían en el In-
| vernadero del jardín de la condesa sobre
aquel asunto de tan palpitante interés, ocu-
mó) Fría en la casa del conde de Tolosofí una
“scena en la que el tema era el mismo que ocupaba a las
dos jóvenes al principio de su conversación.
El casamiento o la fuga de Sofía.
Cuando regresó a la casa el criado Pedro, después de
dar cuenta a la señora de Muriavichtz de que había deja-
do a su hija en el palacio de Paulatoski con la séñora con»
desa de Ulm, entró como acostumbraba, sin pedir permi-
$0 en el gabinete de su amo,
—Te he estado llamando, Pedro, y me han dicho que
habías salido con mi sobrina,