200 LOS [ANGELES DEL ARROYO
acontecimiento sonado para que se hable de él y “haya
quien inculpe a mi 'tíopor- su intransigencia':y a mi
madre por su falta de cariño y no haber hecho causa
conmigo.
Yo sé que mi tío me desheredará, pero...
-Eso es lo de menos, querida Sofía; por pobres
que vivamos, no nos faltará qué comer, y nuestro amor
suplirá a las comodidades y goces de la riqueza:
Sólo por ti lo siento, vida mía, que acostumbrada a
la grandeza de esta casa no te avendrás...
Sofía impidió a Ludovico que siguiera, poniéndo-
le su pequeña y linda mano en la boca, que él mordió
suavemente en las puntas de los dedos.
—«¿ Y qué equipaje llevaré ?—preguntó Sofía.
-—Una maleta con la ropa que necesites para un
mes.
Cuando mañana cierre la noche, Pedro se encar-
gará de sacar la maleta por la puerta del jardín, la
cual recogerá un hombre que estará esperándola en la
calleja del Cristo, a las ocho.
Después saldrás tú acompañada de Pedro, y yo
te aguardaré al extremo de la callejuela por la parte
opuesta a la: Perspectiva Newski.
Ludovico abandonó la casa hacia la madrugada,
dejando perfectamente ultimados todos los detalles de
aquella fuga verdaderamente innecesaria, pero que So-
fía deseaba que hiciese ruido, a ver si de ese modo st
tío se amansaba y se decidía a reconocer los hechos
consumados y a transigir con la nueva situación que iba |.
-q4 Crearse.