LOS ANGELES DEL ARROYO 215
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cinco trenes dispuestos para salir en cinco distintas vías,
Nemesio se encaminó al otró lado de la inmensa esta-
ción, cuyas puertas daban al campo.
Vió alejarse desde allí al tren correo general de
Varsovia, que debía detenerse en aquella ciudad, prosi-
guiendo los viajeros su viaje en otro tren hasta la fronte-
ta alemana, y así sucesivamente, cambiando de trenes
veinte o treinta veces, hasta París.
Nemesio sonrió al verle alejarse.
—Ahora—dijo—a negociar con el billete.
El que había tomado Nicolás no era expresamente
Para el tren correo, sino un billete servible para cualquier
tren en departamento de primera clase.
Cono no tenía seguridad de encontrarle en la esta-
Ción si una mujer, una carta de baraja o una botella de
aguardiente le detenían, habíalo pedido sin fecha para
que fuera señalado en la primera estación por el revisor
Al intervenirlo.
El billete, pues, era devolvible o negociable.
De lo primero no había derecho, porque ya estaba
Incluído en la cuenta de la venta de aquel día por el
Encargado del despacho de billetes.
Pero como todo en Rusia se negocia sin empacho, y
€ eso estaba bien impuesto Nemesio, dió éste la vuelta
alrededor de la estación interiormente y se acercó a la
Ventanilla. |
Habló con el expendedor de billetes, y después de.
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a animada discusión de un cuarto de hora, el expen-
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edor se resolvió a aceptar el billete con una rebaja
£ Un veinticinco por ciento, con lo cual ganaba más
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