LOS ÁNGELES DEL ARROYO
lla, el primer Lezcano israelita que se conoce, no ha habi-
do uno de sus descendientes en línea recta que en dos
siglos y medio no fuera español y de la hermosa Andalu-
cía, de la ciudad del Betis, la encantadora Sevilla.
Si Felipe 111 no hubiese arrojado a nuestros padres de
España, todos los que hemos nacido en Rusia, a la que
consideramos como nuestro destierro perpetuo, seríamos
españoles y sevillanos.
Y dispénseme que le haya interrumpido; pero cuando
hablo de España, siento algo como si hablase de una ma-
dre que no he conocido; pero cuya historia sé mejor que
muchos de sus hijos, que tal vez no conozcan nada de
ella,
—Yo, por ejemplo-—contestó Ner
|
nesio —todo lo qu
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ha pasado desde la revolución de
noro.
Sé que en España estuvieron los mor:
años...
-—Ocho sig!
Bueno... lo
los franceses
limpio con
Otras necesi
les y más vali
tenía yo diez años, y recuerdo que iba conmuchos « Chiqui-
a Nsaselas 35; COMO los pañuelos hechos.jirónes,
e lo de be nderines; en las puntas de palos, gritando:
2 dial
ramos alcino