Full text: Tomo segundo (002)

LOS ÁNGELES DEL ARROYO 33 
—¡Oh! Si el amor fuera inmortal, no se volvería a amar 
más que a la primera mujer o al primer hombre a quien 
se amó, 
El amor es perecedero como todo; menos lo es la 
amistad, puesto que ya ves. que al acercarse nuestros trein- 
ta años nos queremos tú y yo y queremos a Marieta como 
cuando éramos chiquillos. 
Ves a buscar un cariño de amantes que dure también 
treinta años. 
—No seas exagerado. ¡No ha de durar! 
—El cariño, sí; el amor, no. Si es en todo lo mismo. 
Yo creo que el matrimonio es... 
—,O.ro símil? 
—Sí; es como la ropa. Cuando se estrena y días des- 
pués, ¡lo que se goza con la variedad, lo que uno se mira 
al espejo y en los cristales de los escaparates .y hasta en 
el charol de los coches! 
—Pero pasa tiempo... y ya no se mira uno y se pone la * 
topa sin:emoción, y sia mano viene,,o seguramente, , se 
está más cómodo, más a gusto en ella; pero si le cae una 
mancha, no se ve; si se arruga, no se observa; es... un Se- 
gundo pellejo que nos ponemos desde que nos levantamos 
hasta que nos acostamos. 
Pues algo así debe ser el matrimonio. 
El estreno. ¡(Qué delicia! 
Los tiempos siguientes, un mes, dos, tres, seis... 
¡El distoque! 
Pero toma ya la chaqueta conyugal la forma del cuer- 
PO, cede la tensión de lo nuevo, y se está muy cómodo, 
€S verdad, pero la ilusión de la chaqueta nueva ha vola- 
Tomo !I 5
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.