LOS ÁNGELES DEL ARROYO 365
años casada con un pollo de veinticinco!... Eso Marieta
Marieta, que es joven y necesita un marido que la haga
lucir.
— Yo! Buena estoy yo para ingresar en una famili:
Noble! Una mujer que no ha conocido a sus padres y tie-
Me por apellido «los Golfos». ¡Qué te parece! —exclamé
Marieta, ruborizándose.
—Vamos, chiquita. que bien desearías que el vizconde
Se tormalizara.
—Pero... qué...-—dijo Enrique con cierta expresión de
Contrariedad—. ¿Hay preludios?
—No sé; pero creo que al vizconde no le des grada
Marieta, ni a Marieta el señor vizconde de B:nadalid.
-—Vamos... No será extraño entonces que la veamos...
Vizcondesa...
—¡Bah! No pienso en eso —dijo Marieta.
E
Una sombra de tristeza parecía velar el semblante de
Nrique,
Lo cual no tenía nada de extraño; porque cuando se
"ecibe con la alegría en el alma a un ser querido, parece
o hay cierto egoísmo exclusivista en el cariño, y mo-
el saber que el pensamiento de la persona está lejos
€ nosotros y el corazón interesado por otra persona.
Pero en Enrique existía otra circunstancia.
arieta, con su espléndida belleza, había causado en
o ana impresión extraña en él, hasta entonces tan
e a las impresiones del amor.
¡
Í
¡
'
'