atención que fueran al teatro, como llamaría en Mad
640 LOS ÁNGELES DEL ARROYO
Antes de ir a Madrid, donde debía de abrirse el testa”
mento del duque de la Sonora, que estaba depositado e
una de las notarías de la corte, aunque estaban de luto Y
: ; a
por lo mismo que en París a nadie había de llamar
nu,
Clara había deseado pasar en París un mes al volver 4
Rusia, y habíase hospedado en aquel magnífico hotel Co*
mopolita, donde se tiene la seguridad de encontrar la e
lección antropológica más completa. y
Allí van a hospedarse todos los soberanos y princi0”
orientales, y aquellos que las revoluciones dejan cesante
en los respectivos países.
Es, pues, el hotel más aristocrático de París.
: a 1es
Clara y Marieta ocupaban cuatro habitaciones, y ]
c
postaban cien francos diarios, lo cual era una bicoca bey
parado.con los dos mil francos diarios que pagaba un
africano por él, su secretario y cuatro criados abisinios-.
Cerca de sus habitaciones, tan cerca que la suya AS
hallaba tabique por medio con las de las dos damas, y >
pedábase en otras dos habitaciones un joven con
criado. > 4
Era el vizconde de Benadalid, Arturo Fonsecá y
bastida. que
No era, pues, extraño, que compatriotas, puesto, dri-
eran españoles, hicieran pronto conocimiento las po
leñas con el sevillano, que no lo parecía, porqué yA ucló
mos que Arturo había salido de doce años de Anda