Full text: Tomo segundo (002)

188 LOS ÁNGELES DEL 
—¡Yo!—exclamó Enrique ruborizándose como si fue” 
ra nna doncella, ] 
—No me lo niegues a mí, tonto... Conocí, desde el 
primer momento, la impresión que en ti produjo Marie” 
ta. Después lo he observado y me he convencido de que E 
sufres, pobre Enrique, y te he compadecido con toda al [P 
alma, porque sé que ese amor te hará desgraciado. + 
Marieta... no es para ti, créelo. Enrique. Ella no esla | 
mujer que te conviene. 
-—Pero ¿por qué, Clara? 
—Porque tu carácter no se avendría nunca al suyO, 
el suyo al tuyo. 
—Pero ¿qué carácter es el de Marieta? 3 
—Indefinible. Hasta ahora la he creído una criatura 1% JE 
sensible, fría como una estatua de hielo; no se le há 0 
nocido una pasión, un capricho, un desliz... nada, nada ] 
No desprecia a los hombres: le gustan, pero no creo qué. E 
ha llegado la hora de que se fije en ninguno. l 
—¿Y el vizconde? 
—Ese es el que paréce que le es más simpático Y que 1 
le hace más gracia. Pero si tarda mucho en aborda! “q 
cuestión, cuando se acuerde, el hielo, un momento der” P 
tido, ha vueito a solidificarse, y entonces sÍ qué no? 13 
quién lo ablandará. 
—¿Tan difícil es hacerse amar de ella? 
—Hijo... Hasta ahora no sé que nadie la haya en 
rado. y 
Y ya la has oído: el único que cree que la ha arad ¡5 
y que ella hubiera acabado por amar fué aquella espe 
si 
amo”
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.