Full text: Tomo segundo (002)

LOS ÁNGELES DBL ARROYO 79 
sas que no se dicen, que nadie pronuncia, porque son tan 
inverosímiles o tan estúpidas, que cree una que está so- 
fiando que las oye. 
—No, pues-no estás soñando, oye. 
—¡Quél ¿Qué tú eres capaz de pretender que yo susti- 
tuya a mi marido por un amante... como tú? 
—Sí, eso he dicho. 
—¡Bah, bah, bah! Nemesio calla y no disparates, o si 
estás malo, métete en cama y te mandaré el doctor cuan- 
do venga. 
-- —YOo... no estoy malo... ¿oyes? Yo... te digo, que lo 
que me negabas cuando vivía tu marido, no me lo debes 
Negar ahora; porque antes que otro... estoy yo. 
—¡Tú! ¡Qué lástima que tenga yo el corazón tan afigi- 
do para que no me pueda reir de tan donosa y peregrina 
salida! 4 
—i¡Te ha hecho gracia! 
—Ya te digo que no me río, porque, ni tengo ganas 
de reir, ni debo faltar al respzto a ese cadáver. 
Pero por el momento, me vas a hacer el favor de de- 
jarme sola, Y... d 
—Sola, .¿eh?—dijo Nemesio aproximándose a Clera 
Con los dedos metidos en los bolsillos del chaleco y con 
¿1 aire de perdonavidas y de atrevido seductor, 
—Sí, sola—repitió Clara, que empezaba a temer una 
indigna agresión en aquel cuarto, que la presencia ae un 
Cadáver convertía en templo. 
—Pues no estarás sola, que estaré a tu lado, 0 
«—¡Fuera de aquí, miserable! —gritó Clara al sentir que 
Un brazo de Nemesio rodeaba su cintura,
	        
© 2007 - | IAI SPK
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.