Full text: Tomo segundo (002)

LOS ANGELFS DEL ARROYO 
ro un libro, se sentaba al lado de la ventana al 
de la mesa, y le decía: 
—Una hora de silencio y soy de usted, be 
día no Cor? 
Y después se marchaban, y Arturo aquel 
o en tos DH 
mía del hotel de sus padres, sino en Fornos, 
A 7 ¿ p es E 
Cisnes, o en La Perla, con su amigo Octavio, que eta : 
variaba de comida y ahorraba los tres reales de la suya 
¡A O 
cl gon. 
dex a 
lo som: 
Ma 
a la 
respiración; pero tenía, como cada hijo de 8 .s 
aprietos, y era cuando recurría al amigo Arturo, dis sl 
al frente de aquellos apuros, y que quieras o nO ca 
Octavió tenia 
Octavio no era un sablista'de modo como 
multitud de bohemios que no quieren narecerlo €n 
drid, y que no tienen nunca dos pesetas y deben hast 
era reembolsado de sus préstamos en cuanto 
dinero fsesco, 
Arturo marchó de Madrid con el propósito jur! 
su padre de separarse de los vicios y de viajar paña 
truirse. cl 
Cuando volvió, estaba tan embargado su pensamiel 3 
con sus amores, que todos los días pensando ir a Ve! E J 
amigo Octavio, nunca acababa de decidirse. A : y 
Pero cuando se vió en la calle y con el propósito ¡mi 
me de no volver por su casa, pensó en aquel amigo 105. 
y gracioso que tenía la habilidad de desterrar de € 
nalos humores. 008 
La casa no tenía portería, como había bastantes [e 
hace mucho tiempo en Madrid, y Arturo subió la ese ; 
ra gozando ya con la idea de soprender a Ocavio 
jo YN 
ins po 
¿
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.