LOS ÁNGELES DEL ARROYO 945
- posee bien el francés, se la he dado a traducir, y traba:
jando con ella está.
—¿Sabe usted dónde vive?
¿Le quiere usted dar más obras? Creo que no las
aceptaría, porque escribe muy despacio y con buena letra
y deteniéndose mucho en la traducción, de modo que le
- Cunde poco.
eS Ya ve usted, diez cuartillas en un día... aunque se pa- *
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gan en mi casa más del doble que en otra casa editorial,
poco jornal puede sacar: de unas cuatro a cinco pesetas
diarias...
: —No; yo soy amigo suyo. He ido a buscarle a su
Casa y me han dicho que se ha mudado, pero que no sa-
ben dónde. Me indicaron que quizá aquí me dieran razón
Y las señas de un individuo que le acompañaba y que tra-
- bajaba para esta librería, y he venido a saber...
-—¿Dónde vive?
—Sí, señor.
- —Voy a decírselo a usted, porque no recuerdo... Sé
Que vive con el señor Ferrán, pero es de la casa de éste
de la que no me acuerdo el número,
mo
El señor Osler tomó de su revuelta mesa de escritorio
Mn librito y lo consultó.
| Después dió las señas a César de la buhardi.la núme-
YO dos de la calle de Valverde.
—¿Sabe usted si estará en su casa?
—Es probable que esté trabajando, porque él ha
Manifestado muchos deseos de trabajar, aunque pare-
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