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Verdad, mamá!
“¿Y quién ha dicho que no tiene padre?—dijo el mai-
qués—. ¡Sí que lo tiene, pues lo soy yo! Un padre espiritual;
pero que la ama como si realmente fuera hija de mi sangrés
habló de la vida futura, como era natural.
Amelia quiso que fodos vivieran juntos; entre todos, yá
saldrían adelante. Trabajaría ella, Marta ayudaría, traba-
arta Juan y...
El marqués de Miranda intervino para decir:
No. Amelia, De' momento, Marta vivirá aquí
pero yo, no.
“¿Por qué?
-—Porgue ya es bastante carga...
—¿Te quieres callar? ¡Todos juntos y unido3 como uno
solo! : mi
Entre todos consiguieron convencer al marqués. La casa
era pequeña, sÍ; pero tanto mejor: así estarían más juntos.
Después se habló de la boda. Marta y Juan se casarlal
cuanto antes, sin ceremonia, sino yendo a la iglesia a cum”
ir un sacramento instituido por Jesucristo, y nada más:
Finalmente, Juan pidió a su madre que explicara cuál
era el peligro que la amenazaba. ; !
Amelia se resistió cuanto pudo; pero. al fin confesó 14,
verdad.
Juanito estaba rojo de indignación.
El marqués de Miranda dijo:
-— Ahora mismo voy a enviar los padrinos a ese miserable:
Costó Dios y ayuda convencer.al marqués de Miranda
que. eso sería una locura, que no resolvería nada y que call”
saría un grave daño a la reputación de Amelia.
El marqués insistía, porfiaba, queria a todo trance mataf
e nduelo al francés; pero por fín se le logró convencel.
Después se
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, contigo;
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