1068 LAURO LAURI
Al instante abrióse la puerta, saliendo el “Uñas Cortas”,
que se quedó absorto al ver a su padre montado en una mula.
—¿Qué es esto? ¿Quién te ha dado este animal?
—Mira, Rafael... Así, como se dice, dármelo no me lo ha
dado nadie: pero un hombre que me debía dinero me lo acaba
de pagar con este bicho para que mañana lo lleve al mercado
y se lo venda a un payo. No me mires así, que aún me debe
clinero.
Tú lo has robado por ahí en una huerta—-dijo con aplomo
el hijo del “Uñas”.
—No te has equivocado del todo. En una huerta estaba, y
como los dueños me debían algo no he querido despertarlos y
me he cobrado así. ¿Te parece mala moneda *
—Me parece que hay que esconderla aunque sea en el cajón
de la mesita de noche. No hará una hora que han pasado pol
la Ermita dos bultos negros que me han dado mala espina.
—¡ Que te han dado mala es...pi...pi...? ¡No me lo digas, que
me asusto!
Trae ese animal que me lo lleve a casa del “Jermeguillla”,
que tiene corral Aquí no está seguro.
—¡Arrea con ella, que yo estoy cansado y me voy 4 dormir!
Rafael cogió la mula del ramal y A marchó con ella por
el Camino de las Ánimas,
No tuvo un mal tropiezo, y después de subir una cuesta
muy pina:se detuvo, ante la puerta de una casa de ladrillos
deteriorados. Alí vivía el “Jeringuilla”, que era un gitano
jue tenía mucho dinero,
El “Uñas Cortas” llamó con una piedra, no tardando en
asomar un gitano de unos cincuenta años de edad.
-—¡ Hombre! ¿Eres tú?
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”- A miemo, Jermgegulla”. A4qU1 vengo con este echo, pal
gue me lo ten, nu corel hesta mañana al mediodía,
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