Full text: [1] (1)

AURI 
LAURO 
Entonces le llevaré a la mía. Quiero darle un traje casi 
*. 
muevo que a mí se me ha quedado ancho, 
El anciano hizo un gesto de disgusto, pero no contestó. Se 
. » ” 
ro nervidso, aunque no tanto como a la esposa de 
Armengol. 
¡Qué Manoli to!—meditaba ésta—. ¿Por qué se me ha- 
brá ocurrido sacarle de casa para llevarlo a merendar?” 
Poco después el coche se detenía, Habían llegado a la calle 
del Rollo. 
ijo Aracil al mendigo—. Esta noche cenará usted 
Y. 
¡ 
11JO 
Ds 
e SENA 
en mi mesa y dormirá aquí. (Qu lero que me cuente us sted su 
historia. 
—Acepto tu hospitalidad, hijo mío. Que Dios te premie todo 
el bien que me haces. , y 
Y mirando a doña Blanca, en cuyo rostro se advertía cierta 
seriedad, añadió: 
Y usted no se incomode, señora. Mañana, muy temprano, 
saldré de da 
Abonaron el servicio y entraron er la casa, cuya puerta les 
abrió Jécotto. 
—Aquí te traigo un huésped, al que quiero que sirvas y tra- 
bes lo mismo que a mi. 
Jeromo Miró al huésped y se estremeció como sl en el 
LO 
cuello le hubiera picado una avispa. 
13 MAR 4 y) ME 
¿Quién es este homibre?”, preguntose. 
Entraron juntos en la casa, dirigiéndose a la habitación 
de Manuel, 
-—Me confunde tanta amabilidad—-dijo el mendigo cuando 
Manuel le hizo sentarse en un sillón que había frente al suyo. 
A quí se trata lo mismo ados pobres que a los millonarios; 
no se hacen distinciones. 
El mendigo lanzó una mirada interrogante én torno suyo: 
LO
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.