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Isahel 1o des los labios y tembló como la: inocente 
paloma en las garras del milano, 
—Maárchate y permanece con él hasta que ti 
su marido-—. Mientras tanto, yo descansaré un 
—Bien—musitó la hungarita, saliendo 
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dirigiéndose al de don Alvaro. 
Este aún dormía, por lo que no la oyó entrar, ya que lo 
hizo muy quedamente 
“No ha despertado”, musitó. 
Y se sentó. en la misina illa donde nab ido Ja noche 
su marido. Miró a don Alvaro y ViÓ lo con un 
sueño tranquilo y 
pe Me quiere con locura, nO Li 1) Y “lonario > : 
nuentras estos pensamiení nh .en, su mente si 
mirada no se apartaba del moreno rostro del meji 
cual, al parecer, dormía con el más dulce de los sueños 
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Me ha pedido un beso -Musitó—. ¿Y sí ahora que duer- 
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me se lo diera? 
me) 49 , 
Y. como don Alvaro siguiera sin move 
muy despacio su rostro a la almohada. 
Miró en torno suyo y escuchó. Ni el menor rumor se 
sontía. 
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Mi Ro d 208 d€doLM1r añora como un b enturado 1 
Jo para sl mientras acereaba su bello rostro a la almohada 
donde descansaba la ab de Viala 110 
Quedo mnaecisa un momento. 
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