LA LEY, DEL. AMOR 1211
-—Arrancarme a mí te va a costar muy poco. esfuerzo; pera
arrancarle a él no sé si lo lograrás por mucho que te empeñes,
Más que he luchado yo, y todo ha.sido inútil...
—¿ Y crees que todo lo que haga será inútil? ¿Ni,aun ayu-
dándome tú?
Ni aún ayudándote yo, hermano mío:
—¿Ni amenazándole con entregarlo a la Justicia?
No creería en tus amenazas! Loco O cuerdo, sabe: que no
puedes hacerle daño. No,te ló permitiria el corazón, conto a
mí no me deja el mío.
Tú has podido arrancarle de la vida que lleva. y no lo has
hecho; te lo repito, Juan.
Ni tú ni yo, muy unidos, podremos hacer nada.
3 Y quién podrá hacerlo si no lo logr1mos nosotros f
—Una mujer, que es la causante de todas sus desdichas. ¿No
te figuras quién es?
Blanca Nieves, la hermara gemela de mamá,
«¡Si ella quisiera!...
No querrá. En primer término, porque le ha robado'a su
marido la mayor parte de gus ahorros, y en segundo, porque
la muerte del tío Amador no se ha borrado de su mente.
Don Juan estremecióso al recordar la muerte de su tío, que
fué el origen del desenamoramiento de su tía y de la locura
de su hermano.
—¿Tú te atreverías a suplicar a tía Blanca, que por nosotros
hiciera ese sacrificio? —le preguntó a Manuel, que se había
quedado, unos momentos silencioso.
Me atreveré, mejor dicho, tenemos que atrevernos, por-
que iremos los dos y se lo suplicaremos, aunque sea. de ¡Foz
dillas,
—Me pides un sacrificio...
SN