LAURO LAURI
“¡Es Juan! ¡Es el mayor de mis sobrinos!”
Miró al Milo y entonces se fijó en una piedra circular que
había en el centro de la estancia.
“Está debajo de esta piedra—dijo, arrodillándose en el
pavimento junto a la mencionada pi” >, a la que aproximó
los labios para que desde abajo la oyeran hablar.
—i¡Juan!—le llamó—, ¡Querido Juan! ¿Estás ahí? ¿Eres
tú? +
—$Sí, querida tía,
—¿Qué quieres? Tu padre est
——¿No le ha pasado nada?
—Nada. Hemos estado muy graves, pero ya estamos bien»
—¿ Y Manuel? ¿No está ahí Manuel?
—No. Manuel debe estar detenido.
Don Juan soltó un taco y después le dijo a su tía que $9*
ease una barra de hierro que había en el interior de la alcoba:
á
arriba y no tardará en llega!
Blanca se dirigió a ella y no tardó en hallar la barra de
hierro.
Acercóse con ella a la piedra, y entonces se fijó que tenía
una anilla dorada.
—Palanquea—le dijo su sobrino—y trata de levantar la pie”
dra, que yo no llego a ella.
Blanca así lo hizo, y ya iba a palanquear con todas SUS
fuerzas cuando sintió que alguien bajaba la escalera
“Juan Manuel—se dijo—. Es Juan Manuel.”
Este no tardó en llegar y en escuchar de labios de Blancé
Nieves lo que ocurría.
—Trae la barra, que yo, que tengo más fuerza que tú, P2”
lanquearé,
Así lo hizo, no tardando en levantar la piedra debajo de la
cual estaba don Juan.
—¡Juan!—le llamaron.
Ñ