144
== Y querrá bajar :
el doctor, mientras miraba a Malaes
—No se ha equivocado-—»
e
Se
a
p
]
A
a
y
a
o
=
taA
q]
OQ:
quería hacerlo,
a: 1 A E mi Pes mm. ' Porirniade A AE a aliy
Bien: lo hará hoy. El día está muy templado y puede salir
TIOTEeS
1
¡Paño 1
1 ALULO O.
un poquito a respirar el aroma de
-—Agradecidísima, don Juan,
te arrancado dae 14s garras
—El agradecen
la Muerte sin querernos cobrar sus honorarios.
-—No; no haga usted eso, doctor,
—Bstá hech lora
El ha hechó eso, y yo hare ot'a cosa; para lo que te pido
ha hech o, . y ]
un pequeño sacrificio
)
pi] IV ¡des n 1 ueño sacril IS, 0 1101
—-Que ¿e quedes sola esta tarda; quiero decir sin 21,
—¿(Jué tienes que hacer para dejarme abandonada /
Regresarémos en seguida,
Marilina miró al médico, al que interrogó con la mirada de
sus ojos azules.
-—¡ is cierto, doctor í
3, señora. f
¿Muv bien. Al lado de un hombre como usted mi esposo
$ puedo yo negarle a mi salvador?
irá seguro. Además, ¿(
Y Marilina tendió su fina ma
no a Juan Aracil.
1
16S 3 de asomarse al bal»
m
Le se despidió, y don Alvaro, ( des]
a una doncella que ayudase
cón que miraba al jardín, orden 10
a vestirse a Marilina,
«toda lá casa y salir al
-——Abrigala bien, que quiere recorre s
jardín.
No
su esposo. Allí sentóse y permaneció un cuarto de hora, Mala-
dó la recién casada en penetrar en el despacho de