Capítulo CLIII
LA PRAICION DE ISABEL
res noches seguidas llevaba Manuel
yendo al circo sin ver en él a Maxl-
lina; mas aquella noche la vió en”
trar acompañada del guarda de la
quinta.
“No veo a Malaespina”, so dijo,
mientras sus ojos le buscaban pol
toda la sala.
Muy pronto vió a la mujer que tanto quería. Ulla no le
veía a él. :
“Sin duda, la habrá visto su marido y éste no se ha atr9*
vido a entrar, Me fijaré a ver si se atreve a mandarle el ram9
acostumbrado,”
Miraba a la sala más que a los artistas, lo mismo que
Marilina en los primeros momentos.
Y de pronto vió a Isabel entrar en la jaula del león con el
niño de la mano
hizo