LA LEY DEL AMOR 1465
Lo que más quiero eres tú, pero a tu esposo le odio con
Mis cinco sentidos.
—¿Que odia usted a mi esposo? ¿Qué le ha hecho?
—Te aconsejó que explotases mi cariño y que te burlases a:
mí. No me tengas pór tan desmemoriado para haber echade
en olvido lo que te dijo el día que llegó de Marsella,
Isabel bajó la cabeza y rompió a llorar, dejando que las
Kerimas surcasen las azucenas de sus mejillas,
T¿Y sl yo dijera que el niño nos lo entregó usted?
—No mo pasará nada. Te autorizo para que lo hagas.
—Mañana lo declararé.
—Tú di todo lo que quieras para salvar a tu marido y Hacen
Me daño a mí.
"Si yo no quiero hacerle daño a usted... Si yo le quiero..
Malaespina se puso más encarnado que un ramo de ama
Dolas,
T¿Que tú me quieres? ¿Has dicho que me quieres?
—Más que usted a mí, que me ve llorar y no enjuga ns
lgrimas,
Tilsabel mía! —exclamó don Alvaro, abriendo sus hrazos
de atleta y estrechando en ellos a la bella hungarita.
Un doble beso sonó en la habitación. Don Alvaro, en
“quel momento, olvidó a Marilina.
—Tú no tienes que ir mañana a ver a ningún juez—le dijo
¿Qué quiere usted que haga?
—Seguirme hasta donde yo te diga para burlar la. acción de
A Justicia,
¿Y mi esposo?
—Tu esposo, apenas salgamos nosotros de Espana, sera
Duesto en libertad. No te ocupes de él y sí sólo de mí, que soy
“que te quiere con toda su alma.
¿Y usted seguirá queriendo a su esposa?