LA LEY:DEL AMOR 1511
TNada. ¿No ves que el pobrecito no se nueve de los bra-
'S de esa, joven?
¡Manuel sonrió y. acarició: el rostro de su hijos
THoy es el primer día—repuso-=. Ya verá usted cuande
Ye aquí una semana.
No es tan malo como dice su padre—aclaró Mercedes—.,
'M pogo. revoltosillo y Charlatán,
Muy poco más hablaron, y,,Manuel entregó a la señore
88 dos mil quinientas pesetas para sufragar la manuten
“ón de Mercedes y del niño,
SEs mucho dinero el que me das, hijo mío,
No es mucho, doña Rosa. Tómelo, y dentro de quince días
le daré la misma cantidad.
E Quédate hoy a comer con nosotros, Aunque no puedo
Wecerte manjares, procuraré que no te quedes con hambre,
Manuel aceptó, y cuando llegó la hora comieron un.mo-
“to cocido con repollo, dos huevos fritos y la ensalada, El
Mo comió inuy bien, y al terminar doña Rosa le dió dos
Wabzanás coño postre..
He comido admirablemente—dijo Manuel—, Ya hacía
'Mpo que nó comía tan a gusto,
Doña Rosa sonrió, y terminada la comida les enseño la
“iO Esta tenia una magnífica azotea, en la que podría ju-
AN el niño,
Mira, tiene una barandilla muy alta y no hay cuidado
* que pueda caerse a “lá calle. Yo le dejaré dos libros con
ambas para que se entretenga.
Volviéroh de nuevó al piso y doña Rosa: les enseñó la
“Coba, que había designado para Mercedes y el niño,
Esto dormitorio lo ocupaba mi hi jo antes de marcharse a
3 Habana. Aquí dormirán muy tranquilos, sin que nadie
Ma a turbar su reposo,