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—En el tren—repuso Marilina, que no lograba dominal
su
inquietud.
Miraba por el balcón al jardín y escuchaba cada vez que
vía la bocina de un auto,
dan, y esa tardanza me hace sospe-
y
—Hs mucho lo que val
char que han debido sufrir un accidente. Quieres animarme,
querida Margót; pero no me tl: iquilizaré hasta tanto no
vea a mi lado a M1 Marido,
—No piense usted tan mal, sebora. Además, si al señor le
hubiera ocurrido algo ya estaría aquí don Juan.
—¿ Y | na cedido a los dos?
| 1Nada, nada: fiay qu r más ánimos y no pensar en
lo malo, r: a
0 pensar lo quo. voy, a sufrir sino vienen en toda
,
ta noche.
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á reloj lO 14d na ( Al l ad Lra un: hora ae
es] rue se les hizo interiminable, sonaron. las dos. Aquello
. As y A de bios
va no era normál. 1400" 2dvato la oueríáa mueñno y $10 causa
justificada era incapaz de hacerta Suirit.
nor HA A tante volver * 21. Rec
vartábase del balcon para al 1mistanu volver a el, 11eco-
¿bas Pa
¡6 las habitaciónes, sd sentó en todos los “sillones, se tendió
en él lecho; mas las "horas 'avanzaban in xorablemente, au-
inétvtando ininuto'a minuto su marurl
¿6 a madrugada, Marilina se revolvió
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en el lecao y Jia lá doncell:
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Tráeme un vas de aqua, Ma 'eot-—01]0 COn VOZ nerviosa
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