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——No le digo que no. He creído que era un ladrón que venia
4 TODALNOS.
—No, hija mía. Yo no robo nada. v
Ni yo creo tal cosa una vez que he visto que usted es el
padre -de don Juan.
l0l misterioso acarició a la muchacha, y cuando ésta se
marchó, después de haberles servido la comida, habló con su
hijo. e
—¿Qué ha sucedido?—-le preguntó este último—. ¿Te ha
devuelto el niño?
Sí. Ya lo tienen en su poder Manuel y Merceditas. Lista
sigue con el niño en la calle del Arenal.
—¿ Y por qué no en la del koilo?
Porque no quiere tu hermano.
— ¡Te ha pedido dinero la gitana 4 cambio del niño?
-—No; pero yo se lo he dado para no estarle ¿eradecido.
Y después de un momento de silencio, le contó cómo el
niño había ido a parar a Jas manos de Maravillas
—$Se lo llevó el “Uñas Largas” —añadió.
—El “Uñas” me dirá por qué Jo tenía él en su poder y quién
fué el que lo sacó de la quinta.
-—Anda con mucho tiento, no sea que, como es tan ladino,
descubra que no somos de su vaza, y por el hilo haya quieb
legue a la madeja.
—No abrigues DIngún temor por ese lado: Sé muy bien el
torreno que piso.
Y después de tomar un bocado sa!
10 de la casa Y -S6 clixigió
á la de Manolillo el “Uñas Largas”
“Al mismo tiempo que del niño, le hablaré de Maria
Luisa.”
Y así monologando llegó a la puerta de la casa del gitano:
-—¡Ave María! —musitó desde el umbral.