1082 LAURO LAURI
— Hasta máñana por la noche-e dijo al despedirse El
niño está limpio de fiebre. Dios puso en él su mano.
— A) 3 no DOS abandone.
Y le despidió con una sonrisa, volviendo de uevo a la
| la puso Mercedes un sofá y habilitó un lecha
4 ñ
FICODA. En ell
v: ra ella.
7 Tú te acuestas, con l.yInO ACONSEJÓ a la esposa de don
Alvaro,
Y mientras se desnudaba le dijo a Mercedes que desde el
día siguiente iría a trabajar como maniquí en uba casa de mor
das de la calle de Alcalá,
Mercedes quedó unos momentos silenciosa. Marilina te*
pia más suerte que ella, a pesar de constderárse tan desdi-
chada.
“No es ella, sito yo, la que debía trabajar, ya que Manuel
no biene obligación de mantenerme. Mañana mismo se lO
diré.”
Y se acosló en el sofá, haciéndolo Marma en la cama don*
de dormía su hijo.
Manolito no despertós2n' toda la noche, por lo que su maz
dre y Mortedes durmieron: tranquilamente. Al día siguiente
Marilina tuvo que ponerse un vestido de Mercedes, ya que
los suyos Los tenía en la quinta.
No: le siguta mal=le dijo la señora Rosa Parece que s0
lo bayan hecho a la medida,
Es que las dos tenemos el mismo tipo y la misma estatura
-—Y nos quaremos como hermanas -añadió Marilina.
“Hace ya mucho tiempo- confirmó Mercedes, que estaba
dándole el desayuno al niño.
— (Que Dios os dé suerte a las dos.
Loa mismo le deseamos a usted.