==.
LA LEY DEL AMOR 1729
Aquí no se puede dormir—articuló—,. No me quedaré aquí
Otra noche, ?
Tras de una momentánea algazara, la posada volvió a que-
dar silenciosa, y don Alvaro se durmió hasta las diez de la
mañana, ,
«<—Aquí no hay timbro ca lamar—monologó—, Vendré
que esperar que quiera entrar “ Tejerita”.,
ló en llamar muy despacio,
No esperó mucho, pues no tar
-—Adelante—le dijo Malaespina.
—Buenos dias—saludó—, He estado aquí hará poco más de
úna hora y no me he atrevido a llamar.
—Mal hecho
“Tejerita” no contestó y empezó a ponerle los aparatos, Al
terminar le aseó y llamó al mesonero para que le sirviera el
desayuno.
—No quiero más que un vaso de café con leche y unas tos-
tadas con mantequilla. '
¿No quiere unos churros con azúcar?
Don Alvaro hizo una mueca de indiferencia, terminando
por lracer con la cabeza un movimiento afirmativo.
—Bien-——dijo-——. Tráeme lo que quieras.
“Tejerita” llamó al mozo, y óste, tras de escuchar lo que
Querían, salió de la estancia,
Malaespina sentóse ante la mesa y miró a la puerta, por
la que no boi en aparecer el mesonero con el desayuno.
——Aquí tiene y que aproveche:
hu L Eu y
La Loy del Amor « Folletin. Cuad, 129