1772 LAURO LAURI
El navideño guiso gitano fué aceptado por todor, y acto
seguido el sirviente sacó unas empanadillas de jarón.
-—¿Qué tal está la cena, señor Juan José?—le preguntó Tri-
nidad.
—Todo está muy bueno, y es una cena excelento.
—Ahora el pollo con tomate. y
Tras del pollo sacaron arroz con leche, natillas, pasteles,
dulces, café, anís, tabaco..., y llegó el momento de la juerga.
—¿Qué?—preguntó el “Boni”—. ¿No tocas algo, “Meloja”?
—¿Que si toco algo? ¡Tú dirás lo que quieres que toque!
—Alegrías..., tarantas..., malagueñas..., soleares...
—Saldré por bulerías... ¡Hala!, ¿quién va a cantar?
—(Que cante la “Marquesita”, que me han dicho que es un
vuiseñor—dijo Maravillas.
— ¡Jesús! ¡Si yo no sé cantar! —expuso la niña, poniéndose
] 1carminada.
—¡Sí sabe! —dijo Trinidad—. ¡Que cante unas bulerías!
—¡Madrecita de mi alma!
—¡ Anda, niña! |
Y el “Meloja”, que ya habia templado las cuerdas de 14
guitarra, empezó a mover los dedos con una agilidad impro-
pia de sus muchos años. La guitarra sonó, y la música gitana
le las bulerías llenó toda la estancia.
-—Tí. Maravillas, que la “Marquesita” no quiere cantar,
—¿Qué hago, Juan José?
—Lo que tú quieras, mi alma—dijo el “Misterioso”,
Maravillas le apretó una mano y posó en él sus ojos de
mota. Acto seguido empezó a cantar:
'Al amanecer el día
se despiertan los gitanos
cantando por bulerías.