Full text: [1] (1)

1800 LAURO LAURI 
sus csrmes desn':*as, miraba con los ojos muy abiertos a la 
niña que para que jugara con ella le había traído su mamá. 
—¡Hijito mío! ¿Qué haces ahí, que no entras? ¿Es que ya 
ho me quieres? | 
Manolito no contestó y se acercó muy despacio a la cama 
de su madre, dando un beso a ésta y otro a la niña. 
—¿£Es la mía?—preguntó en voz tan baja que sólo Merce- 
les le oyó. 
—»í, hijo mío. La tuya es—repuso Merceditas. 
—¿Me la has traído tú o mamá Marilina? 
—Te la ha traído tu mamá. 
Y el rostro de Mercedes se puso más rojo que un ramo 
de amapolas, ¡El tenía dos madres! ¿Por qué su hermanita no 
podía tener otras dos? Su inocente candor acarminó a su má- 
dre adoptiva. 
Anda, de otro boso a la niña y vete a dormir, que estás 
onfriíndote y te vás a constipar. 
No—negós»=. Yo quiero estar con mi niña. Si no me la 
cdas tú, que me'la dé mi mamá. ¡ Mamá, mira Mercedes! ¡No 
me-quiere dar la niña para mí! 
Y 
ercedes lo cogió entre sus maternales brazos y, tras de 
hablarl.con amor al'oído; pudo conseguir que se acostara. 
—Mira..., si no te acuestas'voy a querer a la niña más que 
a ti 
1 
| 
| 
Y se comerá ella los bizcochos? 
o” 
—Y los mantecados. 
El niño hizo una mueca de disgusto y se abrazó a Mer- 
redes, 
—No quiero que lá quieras más que a mí ni que le des a ella 
03 bizcochos y los mantecados. ¡Quiéreme a mí solo! ¿Mo: 
oyes? ¡A mí solito!
	        
Waiting...

Note to user

Dear user,

In response to current developments in the web technology used by the Goobi viewer, the software no longer supports your browser.

Please use one of the following browsers to display this page correctly.

Thank you.