LA/TEY DEL AMOR 1813
“toma la mma=dijo Manuel—, Quiérela mucho. (¿uiérela
como quieres a mi hijo. No sé sisserá mucho pet ir...
Morcedes mo contestó y: puto la hija de la muerta junto
la aletargada esposa de don: Alvaro, dejánd lola muy arropa-
ita. |
No habría transcurrido un cuarto de hora cuando empezó
a Morar con un llanto muy amargo. di
—Merceditas, dale un poquito de agua anisada-—aconsejóle
Manuel, que se había sentado en un sillón a la espera de que
Marilina recobrara su conciencia, did
¡La hija de la anuerta! Mercedes, al coger a la niña, asal-
tóle un desaeradable ponsamiento. ¡Habría robado ! Manuel
aquella niña, y la historia de aquella mujer muerta en la cosa
de la calle del Rollo sería una novela! Estromecióse de te-
rror.
No quiere el anís—dijo=. Le daré un poquito de agua con
azúcar. :
Un débil gemido la hizo mirar a Marilina; ósta había va
abierto los ojos y miraba a Manuel.
¿Qué tal estás? —preguntóle—. ¿Te duele algo?
—No sé—musitó—. Estoy tidad Siento algo as vomo
un martilleo en las sienes...
Miró hacia la puerta y vió a Mercedes con la niña.
- ¿Qué hace mi hija! ?inquirió—. Trae qué le dé el peého..,
M: anuel le tomó el pulso y observó que casi no tenía fie
hre.
“Tienes muy poca fiebre. Si acaso, alguna décimo...
:Quieros decir que puedo darle el pe cho sin que le siente
mal, Manucl?
=—Así lo erco, Marilina.
Mercedes le entregó la miña y le arregió Ja topa de la
rama,