LA.LEY DEL,AMOR 491
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No tardaron en acorralar a Aracil, el cua]
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cado, les hizo frente con la barra de hierro.
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¿1140 QUerels robar el dinero que llovo/ ¡Mo me tocaréls!
—Jústá loco—exclamaron los dos jardineros: de la quinta—,
Ha tirado al agua a un muchacho
—¿ Y por qué lo tienen suelto, habiendo manicomtos?—dijo
un hombre alto y fuerte, al que acompañaba un gitano,
—Tiírate a él y quítale el hierro-——lo aconsejó el último,
—¡Hala con éll—le gritaron tres o cuatro—, ¡Hala con el
loco!
Y uno de ellos la tiró una piedra que le dió en la frente,
Un hilo de sangre le manchó el rostro, pero no se 4co-
bardó, sino que salió corriendo tras del.que con lapiedra le
había hecho la herida.
Mal lo hubiera pasado de haberle llegado a alcanzar. Pero
otra piedra, arrojada con gran fuerza por el sitano, le dió en
la espalda, haciéndole lanzar un gemido da dolor y caérsele
de la mano la harra de hierro. , >
—¡Hala con el loco! ¡Duro con él!... ¡Así, así! ¡Más fuerte!
Tres individuos se habían arrojado sobre Aracil, y el su-
jeto qua tenía tipo de gitano, que había cogido del suelo el
hierro, le daba con €l en las rodillas para derribarle.
Manuel se defendió, pero eran muchos contra él. Uno de
ellos recibió un mordisco en una mano. ,
—¡ Hala con el loco!
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Entonces surgió una mujer, que se arrojó sobre Manuel $
p
le abrazó.
—|¡Quietos!... ¡Quietos!...—dijo, imponiéndose con su be-
tad-—. ¿No os dais cuenta de que es un hombre
loco y no sabe lo que hace? ¿Quién ha sido el quele ha he-
Ñ
lleza y majos
SE DEN
rido, nara alabar su hazaña?
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